El melasma es una hiperpigmentación benigna de predominio facial muy frecuente.
Se presenta en forma de manchas oscuras localizadas de manera habitual en mejillas, frente y labio superior. En algunas ocasiones también pueden aparecer en otras partes del cuerpo expuestas al sol, como los antebrazos.

Entre sus causas principales podemos encontrar una predisposición personal y hereditaria a padecer melasma. También existen factores desencadenantes como la exposición solar y otros relacionados con los cambios hormonales, como el uso de anticonceptivos orales, el embarazo o los problemas de tiroides.

Existen tres tipos distintos de melasma:

Melasma epidérmico: afecta a la capa superior de la piel y en el que la hiperpigmentación es marrón, con bordes bien definidos.
Melasma dérmico: afecta a las capas dérmicas más profundas de la piel y se caracteriza por la aparición de zonas azules grisáceas.
Melasma combinado (combinación del epidérmico y el dérmico): aspecto de un pigmento marrón grisáceo.

Una vez que hemos diagnosticado el tipo de melasma, nos queda lo mas complicado: su control y tratamiento.

En la foto que os traigo hoy podemos observar como estaba mi melasma al inicio del tratamiento y como ha mejorado tras 5 semanas de tratamiento con hidroquinona y retinol de Zo Skin Health. Es muy importante la constancia en estos casos, así como el tratamiento de mantenimiento y la fotoprotección para continuar con la mejoría.

Si tienes melasma consulta con tu dermatolog@ para poder valorar la pauta más adecuada de tratamiento para tu caso.