La forma más frecuente de alopecia es la alopecia androgénica, también llamada alopecia androgénetica o calvicie común. Es responsable del 95% de los casos. Afecta principalmente a los varones, y con menos frecuencia a las mujeres.
Destacamos dos factores que influyen en la alopecia androgénica: el genético y el hormonal. El factor hormonal depende fundamentalmente de los andrógenos u hormonas masculinas. Estas hormonas, actúan sobre los folículos pilosos predispuestos genéticamente, provocando su miniaturización paulatina (el pelo se hace cada vez más fino). Si el paciente no realiza tratamiento, ese cabello acabará desapareciendo.
Para el diagnóstico es fundamental la historia clínica, la exploración clínica y la dermatoscopia. En las mujeres, en algunas ocasiones es necesario realizar estudio analítico.
Respecto al tratamiento de la alopecia androgénica, el primer objetivo es frenar la evolución de la alopecia. En algunos pacientes conseguimos una mejoría significativa en la densidad capilar. El efecto del tratamiento es el engrosamiento del cabello fino. Los resultados del tratamiento comienzan a aparecer a partir de los 6 meses, apreciándose su efecto máximo a los 12-18 meses.
En la foto podemos ver la evolución de nuestra paciente. Entre una foto y otra hay una diferencia de 12 meses.