Oncología cutánea
Existen distintos tipos de cáncer de piel de los cuales el melanoma es el más agresivo de todos. Uno de los principales factores de riesgo es la exposición solar, sobre todo la quemadura solar. La presencia de múltiples lunares, los antecedentes familiares y personales de melanoma así como la inmunosupresión también aumentan las probabilidades de desarrollarlo.
El melanoma puede afectar a cualquier persona y a cualquier edad, siendo más habitual en personas con piel clara y con más de 50 años. Es más frecuente en el sexo femenino.
En los últimos años ha aumentado la incidencia de cáncer de piel en pacientes jóvenes, lo que está directamente relacionado con la exposición al sol y a la utilización de cabinas de autobronceado. Considero importante resaltar que la mayor exposición solar que recibimos a lo largo de la vida tiene lugar durante los primeros 18 años y que las quemaduras solares en la infancia se relacionan directamente con un mayor riesgo de sufrir melanoma en la edad adulta.
El diagnóstico precoz es muy importante y está directamente relacionado con la supervivencia. La tasa de supervivencia del melanoma en estados iniciales es mayor del 90%. En las fases más avanzadas, la supervivencia desciende al 15%. &b
El carcinoma basocelular es uno de los cánceres ‘no melanoma’ más graves. Afecta a la dermis y en ciertas áreas (nariz, alrededor de los ojos y pabellones auriculares) puede ser muy invasor.
El pronóstico del carcinoma basocelular es bueno. Las metástasis son excepcionales. Sin embargo, la larga evolución y tratamiento tardío del carcinoma basocelular puede tener importantes consecuencias secundarias y destruir los tejidos cercanos.
Las lesiones precancerosas cutáneas más frecuentes son la queratosis actínica, el cuerno cutáneo, la leucoplasia, la eritroplasia de Queyrat y la enfermedad de Bowen.
Las queratosis actínicas son las más frecuentes y son las principales precursoras del carcinoma escamoso o epidermoide. Consisten en pequeñas placas rojizas o amarillentas, cubiertas de una escama fina que aparecen en las partes del cuerpo más expuestas al sol (cuero cabelludo en casos de alopecia, cara, pabellones auriculares, escote, manos y brazos).
Cada vez es más frecuente el cáncer de piel y por ello los dermatólogos insistimos en que es muy importante la prevención y la detección precoz. Detectarlo y extirparlo a tiempo es fundamental para su buen pronóstico.
En nuestra clínica podemos ayudarte realizando la exploración de tus lunares mediante la dermatoscopia. La dermatoscopia es una técnica no invasiva de diagnóstico en dermatología, que mediante un instrumento óptico, llamado dermatoscopio, permite examinar mejor las lesiones de la superficie cutánea amplificando in-vivo la imagen sospechosa una vez eliminados los fenómenos de refracción y reflexión de la luz sobre la piel. Permite realizar una exhaustiva detección y seguimiento de mínimas lesiones que son imperceptibles por el ojo humano.
Ante cualquier cambio en la piel o la aparición de una nueva lesión, hay que acudir al dermatólogo.