Los lipomas son tumores benignos muy frecuentes; suelen aparecer entre los 40 y los 60 años. Tienen una fase inicial de crecimiento y después suelen permanecer estables; pueden medir desde unos pocos centímetros hasta ser de un tamaño considerable.

Afectan por igual a hombres y mujeres; y sus localizaciones más frecuentes son: espalda, hombros, abdomen, cuello, glúteos y muslos.

Se distinguen por su consistencia blanda, su forma redondeada, su fácil desplazamiento (nunca están adheridos a planos profundos) y su evolución con un crecimiento lento. Habitualmente no molestan.

Hay pacientes que pueden presentar múltiples lipomas, en estos casos se trata de una forma familiar que se transmite de forma autosómica dominante. Existen casos de lipomas producidos por fármacos tales como la pioglitazona, insulina, clorpropamida, corticoides…

Cuando los lipomas son solitarios hay que diferenciarlos de los quistes epidérmicos; en los quistes se suele observar un pequeño orificio por el que puede haber supurado con anterioridad.

El tratamiento se realiza habitualmente si los lipomas comienzan a molestar o son muy visibles y estéticamente al paciente no le gustan. Consiste en la extirpación quirúrgica del lipoma.

En el caso de nuestra paciente de la foto, la extirpación se realizó por las molestias con el roce de la mascarilla y porque estéticamente comenzaba a ser muy visible. El abordaje lo realizamos por la parte inferior del mentón para que la cicatriz quedara camuflada y fuera menos visible.

Si tienes alguna lesión y no sabes si se puede tratar de un lipoma consulta con tu dermatolog@.