El granuloma anular se considera una dermatosis inflamatoria que se ha relacionado con varios factores desencadenantes (infecciones víricas, traumatismos…) aunque en la mayoría de los casos su causa es desconocida. En su etiología parece que se produce una reacción de hipersensibilidad retardada a un antígeno no conocido que da lugar al acúmulo de células inflamatorias en la dermis que a su vez liberan enzimas que degradan el colágeno.
Esta patología es benigna y suele afectar al doble de mujeres que hombres siendo más frecuente en menores de 30 años. Clínicamente se manifiesta como placas anulares eritematosas asintomáticas (aunque en ocasiones puede aparecer prurito). La localización habitual es en el dorso de las manos, seguido de antebrazos, brazos, tronco y miembros inferiores. La afectación facial afortunadamente es rara.
El diagnóstico no suele requerir pruebas adicionales en la mayoría de ocasiones. En el caso de granulomas anulares generalizados o de presentaciones atípicas recomendamos realización de biopsia de piel y estudio analítico. En el 50% de los pacientes el granuloma anular desaparecerá en menos de 2 años, aunque las recurrencias se presentan en un 40%.
El tratamiento dependerá de la extensión y sintomatología de las lesiones. Una vez explicado al paciente el proceso podemos optar por no realizar ningún tratamiento en casos localizados asintomáticos. En casos más extensos o que van acompañados de picor podríamos plantear tratamiento con corticoides tópicos o intralesionales, fototerapia o tratamientos orales.
En el caso de las imágenes que os presento, nuestra paciente había realizado previamente tratamientos con tópicos sin mejoría por lo que optamos por tratamiento sistémico. El resultado es el que podemos observar en la imagen en la revisión a las 16 semanas. La paciente había mejorado el aspecto de las lesiones y el picor y ya no sentía vergüenza cuando enseñaba sus manos.
Si tienes dudas consulta con tu dermatólog@.

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