Un motivo de consulta frecuente en estos días está relacionado con el consejo cosmético y el peeling químico. La llegada del otoño hace que los días vayan siendo cada vez más cortos a favor de la noche y disfrutemos menos de la exposición a la luz solar. Este tiempo es adecuado para algunos tratamientos estéticos que nos ayuden a corregir la ausencia de luminosidad y la piel mate, las manchitas desiguales (pigmentación irregular) en la cara provocada por la exposición al sol en verano; y para las pequeñas marcas de acné, poros dilatados, arrugas finas… A menudo la mejor solución es el peeling químico médico: se trata de un procedimiento no invasivo en el cual aplicamos una serie de sustancias químicas en la piel para exfoliar y hacer que se desprendan las células de las capas más externas de la piel, permitiendo una regeneración de la epidermis y/o dermis superficial.
Este tratamiento permite la eliminación de imperfecciones y cicatrices mejorando la textura cutánea al favorecer la restructuración del colágeno. Podemos encontrar diferentes tipos de peeling en función del agente utilizado y su concentración (superficial/medio/profundo).
Para estos tratamientos, en nuestra Clínica, usamos una línea de productos destinados al mantenimiento del espesor del estrato córneo y a la renovación celular dermoepidérmica. Entre los componentes que usamos se encuentran el fenol, tricloroacético, ácido retinoico y una mezcla de hidroxiácidos (glicólico, ascórbico, salicílico y mandélico), junto a ácido fítico.
La elección debe realizarla el especialista en función del tipo de piel y del objetivo del tratamiento, porque no cualquier peeling conseguirá el resultado esperado.
El peeling químico lo realizamos en consulta y tiene una duración de unos 20 minutos. Este tratamiento requiere una limpieza previa de la piel; a continuación, aplicamos los distintos agentes químicos en la zona deseada, habitualmente en cara, pero también escote y manos. Se puede prescribir un tratamiento hidratante o despigmentante en algunas ocasiones.
Durante el procedimiento puedes notar una sensación de ardor suave que calma al finalizar el peeling. Los días siguientes al peeling será necesario que utilices cremas reepitelizantes y sobre todo que te protejas del sol. Es compatible con el maquillaje y se puede hacer vida normal. La descamación o “pelado” suele producirse entre el 2º y 5º día tras el peeling.
Existen diferentes tipos de peeling, y los podemos clasificar en función de la profundidad de su actuación:
- Superficial: indicado en pacientes que no desean o que no pueden permitirse una descamación visible. Suele dejar únicamente un enrojecimiento que desaparece en unas horas. Se utiliza sobre todo para el tratamiento de las marcas de acné, los poros abiertos y las arrugas finas. Además, aporta luminosidad y le proporciona a la piel un aspecto mucho más uniforme y saludable.
- Medio: actúa a nivel de epidermis y dermis superficial. Este tipo de peeling ocasiona un enrojecimiento mayor y se acompaña de una descamación visible que dura unos días. Actúa sobre las arrugas finas y medias, las manchas ocasionadas por el sol, así como para el tratamiento del envejecimiento solar o senil. Normalmente se suele acompañar de otros tratamientos estéticos.
- Profundo: actúa a nivel de epidermis y dermis superficial y media. Es más agresivo y requiere más tiempo de recuperación.
Cualquier persona que desee mejorar la textura de la piel y aportarle una mayor luminosidad puede someterse a un peeling químico, pero además los utilizamos para corregir:
- Marcas de acné.
- Lesiones precancerosas.
- Arrugas finas y medias.
- Poros abiertos.
- Manchas en la piel.
- Envejecimiento cutáneo.
- Acné.
- Falta de homogeneidad en el tono de la piel.
En resumen, el peeling químico se considera una técnica que no duele, además de ser segura y eficaz.
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