Con la llegada de Septiembre comienzan a ser muy frecuentes las consultas de acné. La mayoría de los pacientes que estamos recibiendo son preadolescentes y adolescentes con acné de predominio centro-facial. 

El acné se produce por la hiperplasia de las glándulas sebáceas, alteraciones en las diferenciación folicular y la colonización de los folículos por el Propionibacterium acnes que es una bacteria que desencadena la respuesta inflamatoria.

La obstrucción de los folículos sebáceos por un exceso de sebo causa lesiones no inflamatorias como los comedones abiertos (puntos negros) y los microquistes o comedones cerrados. Cuando prolifera el Propionibacterium acnes provoca la aparición de lesiones inflamatorias siendo las más superficiales las pápulas y las pústulas y las más profundas los quistes y los nódulos. En función del tipo de lesiones y su extensión clasificaremos en acné como leve, moderado o grave.

Respecto al tratamiento nos encontramos con un abanico muy amplio de posibilidades dependiendo de la gravedad del acné y de la preocupación que genere en el paciente y sus padres. El objetivo es disminuir la producción de secreción sebácea y eliminar el Propionibacterium acnés reduciendo la respuesta inflamatoria y previniendo la aparición de cicatrices.

A los pacientes con acné que acuden a nuestra consulta solemos dar los siguientes consejos: 

– Lavar la cara un máximo de 2 veces al día con un jabón suave.

– Evitar manipular las lesiones pues puede favorecer la sobreinfección y el posterior desarrollo de cicatrices.

– Dieta variada.

– Utilizar productos no comedogénicos (libres de grasa u “oil free”), suelen ser productos de textura más ligera para evitar la obstrucción de los poros.

– Dedicar el tiempo necesario a establecer unas pautas de tratamiento que entiendan correctamente el paciente y sus padres, insistiendo en la importancia del adecuado cumplimiento del mismo para poder obtener buenos resultados. 

– Los tratamientos no tienen resultados inmediatos, en algunas ocasiones no se comienza a mejorar hasta pasados 2 meses. Recomendamos tener paciencia y no tirar la toalla.