En la vulva pueden aparecer una serie de enfermedades dermatológicas que suponen un gran impacto en vida de la mujer que la padece. En muchas ocasiones desencadenan una importante incomodidad, ansiedad, miedo a tener alguna patología maligna o enfermedad de transmisión sexual y afectación de la relación de la pareja.
El abordaje de las enfermedades de la vulva es complejo y en muchas ocasiones multidisciplinar con la participación de dermatólogos, ginecólogos y urólogos.
Las enfermedades cutáneas inflamatorias de la vulva que vemos con más frecuencia en consulta son las siguientes:
Eccema de la vulva: Sus manifestaciones clínicas incluyen prurito, dolor, sequedad y dispareunia. En el examen físico se puede observar eritema, descamación leve, excoriaciones y liquenificación.
Liquen simple crónico: Cualquier dermatosis que provoque picor en la vulva puede ocasionar rascado crónico que con el paso del tiempo produce cambios de la piel conocidos como liquen simple crónico. La piel se encuentra engrosada, descamativa, con hipopigmentación e hiperpigmentación. El objetivo principal del tratamiento es romper el ciclo prurito-rascado.
Psoriasis: Es una enfermedad crónica y multifactorial con recaídas. Por lo general, el compromiso de la vulva y el periné se asocia con lesiones clásicas en otros sitios. En los genitales externos, la psoriasis tiene predilección por las áreas con pelo, y se presenta como placas eritematosas en el pubis y los labios mayores; cuando los pliegues y la región ano-genital están afectados, se conoce como psoriasis inversa, en la cual la mayoría de las veces faltan las escamas características, aunque la placa tiende a estar muy bien demarcada.
Liquen escleroso y atrófico: Es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel. Afecta principalmente el área genital y puede haber compromiso extragenital en un 15 a 20 % de los pacientes. Se manifiesta como placas de color blanco marfil en la vulva y puede comprometer el área perianal. Se asocia con atrofia y, además, suele producir púrpura, erosiones, fisuras y telangiectasias. Los síntomas más frecuentes son prurito, dolor y dispareunia.
Liquen plano: El más común es el liquen plano erosivo. Se presenta con erosiones eritematosas brillantes asociadas con estrías blancas o de Wickham. Generalmente, los labios menores y el vestíbulo están comprometidos. Sus síntomas son dolor, ardor, dispareunia, flujo vaginal y sangrado después del coito.
Quería terminar este post insistiendo en que las enfermedades vulvares son un motivo frecuente de consulta pero que muchas veces por miedos o tabúes de algunas mujeres o por la «incomodidad o vergüenza» de la zona a explorar, se retrasa el diagnóstico y el tratamiento.
Así que si tienes algún problema de este tipo consulta a tu dermatólog@.
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